El estómago es más que un órgano digestivo

En este artículo, hablamos sobre el estómago desde otro prisma, ya que existen diferentes discursos científicos sobre su funcionamiento. Además, explicaremos los puntos importantes para entender cómo funciona el estómago según el pH, su fisiología, la digestión y la creación de bicarbonato sódico (NaHCO3) y ácido clorhídrico (HCL) en el revestimiento estomacal. También veremos cómo la ingesta de proteínas, lácteos y azúcar, está relacionada con la salud, la enfermedad y el malestar en general. Verás como el estómago es más que un órgano digestivo.

Cómo se genera el ácido/base en el cuerpo

Las células del revestimiento del estómago separan el cloruro sódico de la sangre. El sodio se une al agua y al dióxido de carbono para formar la sal alcalina bicarbonato sódico o NaHCO3. La bioquímica es: H2O + CO2 + NaCl = NaHCO3 + HCL. Esta es la razón por la que algunos consideran al estómago un órgano alcalinizante y no simplemente un órgano digestivo. Según algunos científicos el estómago no digiere los alimentos o líquidos que tomamos, sino que los alcaliniza, veamos por qué.

Por cada molécula de bicarbonato sódico (NaHCO3) generada, se segrega y secreta una molécula de ácido clorhídrico (HCL) en el sistema digestivo, específicamente en el estómago. Por lo tanto, el HCL es una sustancia ácida, producto de deshecho del bicarbonato sódico que el estómago ha segregado para alcalinizar los alimentos que se han ingerido.

Cuando entran grandes cantidades de ácido al estómago (incluyendo HCL), se retiran ácidos de los depósitos ácido/base del cuerpo.

El cuerpo moriría si la alcalosis resultante (o el NaHCO3 o base sobrante) generada por el estómago no fuese captada por las glándulas alcalinizantes. Estas glándulas y órganos son: estómago, páncreas, glándulas de Brunner y Lieberkunh en el hígado y bilis. Pueden amortiguar ácidos como: ácido nítrico, ácido sulfúrico, ácido fosfórico, ácido úrico y ácido láctico.

Cómo nos afecta la ingesta excesiva de proteína animal

Cuando se ingieren proteínas de origen animal, el estómago comienza a fabricar y segregar bicarbonato sódico (NHCO3) para alcalinizar los ácidos provenientes de los alimentos. Esto provoca una pérdida de las reservas alcalinas y un aumento de ácido o HCL en el estómago. Estos ácidos y/o el HCL son captados por la sangre provocando una disminución del pH en el plasma sanguíneo. La sangre elimina este aumento de ácido gastrointestinal vertiéndolo en los espacios de Pishinger (espacio extra celular).

El espacio de Pishinger (o espacio extracelular) contiene los fluidos que bañan y nutren a cada una de las células a la vez que eliminan los deshechos ácidos de las mismas. 

Después de comer carne o lácteos, el pH de la orina se vuelve más alcalino porque se produce una reacción ácida en el organismo: formación de ácido sulfúrico, ácido fosfórico, ácido nítrico, ácido úrico, ácido láctico, ácido acetaldehído y ácido etanol. Por otro lado, se forman y eliminan minerales alcalinos a través de la orina. Además, comer carne y queso genera una doble pérdida de minerales alcalinos que, a su vez, favorece la acidosis de bajo grado, la inflamación y el dolor.

La acidosis de bajo grado produce dolor, inflamación y enfermedad.

Cuanta más acidez se genere tras comer carne, queso, leche o helados, más ácidos gastrointestinales serán absorbidos por estas fibras de colágeno. Cuanto mayor sea la diferencia potencial entre los ácidos absorbidos y la cantidad de NaHCO3 generado tras cada comida, las glándulas alcalinizantes como el páncreas, la vesícula biliar, glándulas pilóricas, sangre, etc., serán más o menos alcalinos.

El poder de fijación de ácidos del tejido conectivo, la sangre y las glándulas alcalinizantes dependerá de sus reservas alcalinas, que pueden ser determinadas a través del pH de la sangre, la orina y la saliva. El pH de la saliva nos indica las reservas alcalinas en las glándulas alcalinizantes y el pH de la orina es una indicación del pH de los fluidos que rodean las células o el espacio del Pishinger.

El pH de la sangre

La sangre mantiene su pH vertiendo ácidos gastrointestinales o metabólicos en el tejido conectivo o el espacio de Pishinger. La sangre provee a la orina de la misma cantidad de ácido que recibe de los tejidos y del hígado para poder preservar su isoforma. Una falta de bases (minerales alcalinos) siempre está relacionada con el deterioro de la capacidad de almacenamiento de los tejidos conectivos o el espacio de Pishinger.

Mientras se mantenga la isoestructura de la sangre, la orina (que se origina de la sangre) será un fiel reflejo de la regulación acido/base, no en sangre, sino en los tejidos.

Cuando testamos el pH de la orina, testamos también el pH de los tejidos.

La acidosis de bajo grado es la condición que existe cuando no hay suficientes bases en las glándulas alcalinizantes, al haber sido utilizadas durante el proceso de neutralización de ácidos. Estas bases (minerales alcalinos) son absorbidas por las fibras de colágeno. Ello conduce a una acidosis “compensada.” Lo que significa que el pH de la sangre no ha variado, sin embargo, sí han cambiado otros sistemas del cuerpo. Por lo tanto, esto puede conducir a una “acidosis” descompensada en donde las reservas alcalinas de la sangre son empleadas y el pH de la sangre se ve alterado. La “acidosis” descompensada se puede determinar testando el pH en sangre, el pH en orina y saliva. La disminución de reservas alcalinas en el cuerpo ocurre a causa de una súper proteinización, (comiendo carne y queso), o por demasiada proteína, o por una hiper carbonización, o demasiado azúcar.

Qué ocurre cuando disminuyen las reservas alcalinas

La digestión o alcalinización no puede proceder sin suficientes jugos alcalinos. El hígado, el páncreas y el estómago tienen que segregar más ácido para poder crear más bases. Así es como pueden aparecer indigestión, nauseas, reflujo ácido, úlceras y todo tipo de problemas de estómago. Todos estos síntomas son el resultado de una carencia de base en forma de bicarbonato sódico.

El estómago como órgano de contribución

El estómago no es un órgano para la digestión (tal como se enseña actualmente), sino un órgano de contribución o de depósito. Su función es depositar jugos alcalinos en el estómago para alcalinizar los alimentos y la sangre que los transporta a las glándulas alcalinizantes.

Existe un ritmo diario en las fluctuaciones de los fluidos corporales. Los ácidos almacenados se movilizan del tejido conectivo y los espacios de Pishiger mientras dormimos. Estos ácidos alcanzan su máxima concentración en este fluido hacia las 2 de la madrugada. El contenido ácido de la orina refleja directamente el contenido ácido del fluido en los espacios de Pishinger. Por otro lado, los espacios de Pishinger se vuelven alcalinos al máximo alrededor de las 2 de la tarde, cuando se genera más bicarbonato sódico en las células parietales del estómago para alcalinizar la comida y bebida que hemos ingerido.

Si tu orina no está alcalina a las dos de la tarde definitivamente te encuentras en un estado ACIDIFICADO y con falta de reservas alcalinas.

El pH de la orina debe estar entre 6’8 – 8’4, aunque el ideal es 7’2.

Después de haber ingerido una comida rica en proteínas como la carne o el queso, los ácidos libres que se forman se enganchan a las fibras de colágeno para ser eliminados de la sangre y proteger el delicado pH de la misma. Los iones de H+ o protones de estos ácidos son neutralizados por la siguiente marea base, el bicarbonato sódico producido después de la comida.  El ácido sulfúrico y otros ácidos provenientes de las proteínas se neutralizan como sigue; dónde el HR representa a cualquier ácido con la R como su radical ácido (SO4, PO4, o NO3) HR+NaHCO3  <=> H2O + NaR (Ca, Mg, K) + CO2.

La acidosis compensada

En la acidosis compensada la frecuencia respiratoria aumenta para poder exhalar más ácido carbónico y disminuir el PCO2,  ya que el carbonato o HCO3 ha descendido. Cuando la frecuencia respiratoria ya no puede aumentar más y los riñones ya no pueden continuar soportando el ritmo de la carga ácida, el pH en sangre comienza entonces a cambiar de 7´365 a 7´3 y luego a 7´2. Con un pH en sangre de 6´95 el corazón comienza a relajarse y el paciente entra en coma o fallece.

El metabolismo resultante de la dieta de un adulto normal da lugar a la creación de 50 a 100 meq de iones de H+ o protones por día, los cuales deben ser excretados para poder mantener el equilibrio acido/base de la orina. Un meq  es un mili equivalente que expresa la concentración de sustancia por litro de solución, que se calcula al dividir la concentración en miligramos por 100 mililitros por el peso molecular.  Este proceso involucra dos pasos básicos; 1) la reabsorción del bicarbonato sódico filtrado o NaHCO3 y, 2)  la excreción de los 50 a 100 meq o iones de H+ producidos por día formados por el total de ácido y NH4+ o amonio. Ambos pasos involucran la secreción de iones de H+ o protones de las células renales a la orina.

El bicarbonato sódico (NaHCO3) debe ser reabsorbido por el torrente sanguíneo, ya que la perdida de NaHCO3 aumentará la red de carga ácida y disminuirá la concentración de NaHCO3 en plasma. La pérdida de NaHCO3 en orina es equivalente a la incorporación de iones de H+ (hidrogeniones) al cuerpo ya que ambos derivan de la separación del ácido carbónico o H2CO3.

La bioquímica es: CO2 + H2O = H2CO3 = HCO3 + H +.

Un individuo normal debería reabsorber 4.300 meq de NaHCO3 cada día. Los iones de H+ o protones (hidrogeniones) secretados se generan en las células renales por la división del H2O o agua. Este proceso también da lugar a la producción equimolar de OH- o iones de hidroxilos. Los iones de OH- se unen al zinc activo contenido en la anhidrasa carbónica intracelular; combinan entonces con el CO2 para formar iones de HCO3- que son llevados de nuevo a las células renales y devueltas a la circulación sistémica. Segundo, la carga ácida dietética es excretada por la secreción de iones de H+ o protones (hidrogeniones) en las células renales y expulsadas por la orina. Estos iones de H+ (hidrogeniones) o protones pueden hacer una o dos cosas; los iones de H+ o protones pueden combinarse con los amortiguadores urinarios, en concreto con el HPO4, en un proceso llamado acidez titulable (la bioquímica es; H+ + HPO4 = H2PO4), o con el sistema de taponamiento del fosfato, o los iones de H+ (hidrogeniones) o protones pueden combinarse con amoniaco (NH3) para formar amonio tal como sigue; NH3 + H+ = NH4

Este amoniaco queda atrapado y concentrado en los riñones en forma de amonio siendo luego expulsado a través de la orina.

Como respuesta a esta carga ácida, el 36% de los hidrogeniones van al espacio intracelular a cambio de la liberación de (sodio) en el torrente sanguíneo. El 15% del ácido va al espacio intracelular para intercambiarse con el K+ (potasio) – muy común en la diabetes. El 6% de los hidrogeniones penetran directamente dentro de la célula para ser amortiguados por procesos intracelulares. El 43% es amortiguado extracelularmente como NaHCO3 o bicarbonato sódico combinado con H+ o protones para formar H2CO3 o ácido carbónico que se descompone hasta convertirse en CO2 o dióxido de carbono para poder ser excretado por los pulmones. Un 10% del CO2 es excretado a través de los pulmones y el 90% es usado por el propio cuerpo para reabsorber minerales alcalinos y fabricar bicarbonato sódico para taponar los ácidos gastrointestinales y metabólicos. La bioquímica es: CO2 + H2O = H2CO3 = HCO3 + H+

Una dieta alcalina para mantener tu organismo alcalino

A largo plazo, la única manera de reemplazar estas bases alcalinas perdidas es comiendo alimentos verdes alcalinos ricos en electrones. Es decir, siguiendo una dieta alcalina. Lee el artículo Ventajas de la dieta alcalina para tu salud.

Tomar regularmente minerales alcalinos como Phour Salts también es clave para mantener el diseño alcalino del cuerpo. Lee el artículo Qué notas cuando te faltan minerales, para saber qué ocurre cuando nos faltan minerales alcalinos.

Y, por último, incluir clorofila líquida ya que regenera la sangre y los tejidos.

Los estudios revelan que ingerir regularmente proteínas de origen animal favorece la acidosis de bajo grado, inflama y afecta negativamente al terreno interno.

Conclusión

No olvidemos el fundamento principal de la alcalinidad: el cuerpo es alcalino por diseño, pero sus funciones metabólicas son acidificantes. Siguiendo una dieta alcalina, ayudamos a prevenir y a revertir el envejecimiento precoz y el comienzo de la inflamación, dolor, enfermedades crónicas y achaques.

Comienza a alcalinizarte hoy y mejorará tu calidad de vida y tu vitalidad.

Gogo Bela MacQuillan

Naturópata, terapeuta integral con 20 años de experiencia con consulta privada. Especialista en Medicina Preventiva y Alcalinidad. Formada en Naturopatía, Medicina Tradicional China, Acupuntura, Moxibustión en C.E.N.A.C. Formada en Homeopatía y en Terapias Florales según sistemas de Bach y California.

Posee extensos conocimientos en medicina preventiva, nutrición alcalina así como en diversas vías para la desintoxicación y depuración del organismo. Es conferenciante regular y asesora técnica en Alcalinidad de la empresa Alkaline Care. Actualmente tiene su consulta privada en Barcelona.

Más en su web: www.gogobela.com 

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