Durante años, el cortisol ha sido señalado como el “enemigo del bienestar”. Se le asocia con el estrés, el insomnio, la ansiedad o el aumento de peso. Pero en realidad, el cortisol no es el problema: lo es vivir con él fuera de ritmo. Cortisol: cuando el estrés te protege en lugar de agotarte.
El cortisol es una hormona esencial producida por las glándulas suprarrenales. Es la que nos ayuda a despertar con energía, mantener la atención y responder ante desafíos. En equilibrio, nos protege, nos da foco y mantiene activo el metabolismo.
El problema aparece cuando ese sistema de alerta no se apaga, y el cuerpo vive permanentemente en modo defensa. El cortisol alto de forma constante bloquea la quema de grasa, altera el sueño y agota nuestras reservas.
Cortisol: cuando el estrés te protege en lugar de agotarte. Cómo hacer del cortisol tu aliado
El cortisol tiene su propio ritmo: sube por la mañana para activarte y baja al caer la tarde para dejar paso a la calma y al descanso. En lugar de luchar contra él, podemos aprender a usarlo a nuestro favor.
Por la mañana: gasta el cortisol generosamente
Las primeras horas del día son el momento natural de mayor energía. Aprovecha ese impulso para moverte, concentrarte o realizar tareas que requieran foco. Así el cuerpo usa ese pico de cortisol como combustible y evita que se mantenga elevado el resto del día. La inactividad o el exceso de tensión mental, en cambio, impiden que el cortisol se regule y te dejan en alerta constante.
Por la tarde: favorece el relevo natural con melatonina
A medida que avanza el día, el cortisol debe descender para que la melatonina asuma su papel, y tome el relevo. Para facilitar esa transición, reduce la exposición a pantallas y luces intensas, evita cenas copiosas y fomenta un entorno tranquilo. Cuando el cortisol se apaga a su hora, el cuerpo entra en modo recuperación: descansas mejor y te despiertas con energía renovada.
Ayúdate con este protocolo alcalino
El equilibrio entre energía, descanso y metabolismo depende también de tus niveles de minerales y pH. Este protocolo te ayudará a mantener tus glándulas suprarrenales y tu sistema nervioso en armonía:
Por la mañana – Olymphia, nuestro súper básico para la mujer
Toma 1 o 2 cápsulas (según necesidad) con el desayuno. Sus adaptógenos y antioxidantes ayudan a modular el cortisol, mantener la energía estable y evitar los picos de fatiga.
Entre comidas – pHour Salts
Disuelve 1 cacito en una botella de agua y bébela durante el día. Sus minerales alcalinos favorecen la función adrenal, reducen la acidez metabólica y estabilizan la energía sin recurrir a estimulantes.
Por la noche – Magnesium Care + B6
Toma 3 cápsulas una hora antes de acostarte, preferiblemente separadas de la cena para mejorar su absorción. Esta dosis contribuye a relajar el sistema nervioso, potenciar la melatonina natural y promover un descanso profundo.
Remarcar que esta es una recomendación general y que en casos específicos de salud, debes consultar con tu especialista.
El cortisol cumple una gran función; simplemente hay que ayudarle a respetar su horario, que no haga “horas extras” y deje paso a la calma cuando toca.
Si notas que esos ritmos están alterados, toma conciencia y actúa: pequeños cambios pueden devolverte el equilibrio.

















