Revoltillo de brócoli con aguacate

Compartimos esta fácil y deliciosa receta de revoltillo de brócoli con aguacate. Es un plato rápido de hacer, muy saciante y también nutritivo por las excelentes propiedades de sus ingredientes. Por supuesto, es una receta altamente alcalinizante, y consecuentemente es perfecta para la dieta alcalina. Todos los ingredientes son de cultivo ecológico, una característica cada vez más indispensable para nutrir nuestro organismo, dado el empobrecimiento de la tierra en el cultivo masivo y no ecológico, ya sin mencionar la carga de productos tóxicos que contienen los alimentos no ecológicos. ¡Disfruta de este revoltillo de brócoli con aguacate!

Revoltillo de brócoli con aguacate

Otra característica importante de esta receta es que todo es crudo, de modo que preservamos todavía más sus valores nutricionales contenidos en las vitaminas, aminoácidos, enzimas, minerales, etc. Es importante ser consciente que a partir de los 45º de temperatura en la cocción, se empiezan a destruir estos elementos que nutren nuestras células. De modo que si comemos alimentos excesivamente cocinados, pierden sus propiedades nutricionales y lo que comemos se asemeja más a algo muerto que vivo.

Además, cuanto más cocinamos algo, más acidificante se vuelve, también por su pérdida de electrones, de vitalidad. Un ejemplo serían los espárragos, que son altamente alcalinizantes, pero si lo freímos con aceite, por muy bueno que esté, pierde su poder alcalinizante en el organismo. De modo que para obtener los máximos beneficios de una dieta alcalina es aconsejable cocinar lo menos posible. Vayamos ahora a la receta:

Ingredientes

• 1 Brócoli
• 100gr de almendra marcona
• 2 Aguacates al punto de ser comidos, ni muy duros ni blandos.
• 1 Diente de ajo
• Aceite de oliva virgen extra
• 1/2 limón exprimido
• 2 o 3 tomates (de cualquiera de sus variedades)
• 2 o 3 cebolletas, incluidos los tallos verdes
• Un puñado de hojas de albahaca fresca

Preparación

Para preparar la receta primero es necesario desmenuzar el brócoli hasta que quede troceado, como se ve en la foto. Para ello podemos hacerlo manualmente ayudándonos con un cuchillo o con un triturador. Lo ideal es no dejar el brócoli completamente molido, sino que cuando lo comamos esté crujiente en la boca, y para ello tiene que tener cierto tamaño, pequeño, pero no tan pequeño como para no sentir el crujiente.

El segundo paso es moler los 100 g de almendra marcona con algún procesador de alimentos hasta que tenga una textura de «falso queso». Una vez conseguido, lo mezclamos con el brócoli molido hasta que quede bien repartido, y dejamos ambos en un recipiente a la espera de mezclarlo con la salsa de aguacate.

Tercero, abrimos y deshuesamos dos aguacates, pelamos y cortamos un diente de ajo, exprimimos medio limón y lo ponemos todo en un recipiente para batir con la batidora o procesador de alimentos. A medida que lo batimos vamos añadiendo un chorrito de aceite de oliva y un poco de sal del Himalaya o de mar natural.

Tanto el aguacate como el limón tienen unas maravillosas propiedades beneficiosas para la salud, lo que realmente hacen de este plato lo que Hipócrates decía hace dos mil años: que tu comida sea tu medicina y tu medicina tu comida.

Una vez hecha la salsa, el sabor de la misma es fuerte al gusto, pero cuando se mezcla con al brócoli se suaviza. Lo ideal es dejarlo macerar unas 4 o 5 horas antes de servir de tal modo que el limón ablande un poco el brócoli para conseguir un efecto «cocinado».

Una vez tenemos el plato principal, preparamos el tomate, lo lavamos y cortamos y lo mezclamos con la cebolleta troceada, junto con las hojas de albahaca cortadas. Lo aliñamos con con aceite, sal y alguna especie que nos guste, como por ejemplo el orégano.